HELADO DE MASCARPONE Y CHOCOLATE BLANCO... al estilo "Magnum"
Ya tenemos aquí el calor. Es como ese
invitado que llega de repente y, aunque lo esperas, siempre te sorprende. El
viernes pasado aún dormía yo con mi pijama de manga larga y tapada hasta las
orejas, y el sábado... ya era verano!!! Bueno, oficialmente aún no ha llegado el
verano, pero el calor de estos días nos hace recordar lo que nos espera a la
vuelta de la esquina. Y yo ya tiemblo porque, creo que os lo he dicho en
alguna ocasión, odio el calor. Aunque reconozco que el verano me gusta, es una
estación alegre, con mucha luz del día para hacer mil y una cosas, las
vacaciones, el apartamento en la playa, las terracitas... pero hay dos cosas que
no soporto del verano, los mosquitos y el calor. Los primeros, los combato con
repelentes e insecticidas, y lo segundo con granizados y helados, como el que os
enseñé la semana pasada de plátano y dulce de leche, y éste que os traigo hoy de
mascarpone con chocolate blanco... rico es poca palabra para definirlo,
jeje.
Para hacer este helado, he utilizado el
mismo molde que usé cuando hice los polos de yogurt con frutos rojos. Es de
la casa Silikomart y, al estar fabricados de silicona, se desmolda fácilmente y
además se pueden lavar en lavavajillas. Totalmente aconsejable.
HELADO DE MASCARPONE Y CHOCOLATE
BLANCO
INGREDIENTES
200 gr de nata para montar (con más del 35%
Materia Grasa)
250 gr de queso mascarpone (u otro tipo
de queso crema parecido)
90 gr de azúcar
4 cucharadas de mermelada de frutos rojos (o
al gusto, fresa, melocotón...)
Chocolate blanco para la
cobertura
PREPARACIÓN
Primero vamos a
pintar los moldes con el chocolate blanco derretido y los vamos a poner en
el congelador unos 20 minutos. Para derretir el chocolate blanco lo podemos
hacer al baño maría (procurando que el agua no entre al chocolate), o en el
microondas a intervalos de 20 segundos, removiendo cada vez.
Batimos el
queso mascarpone, junto con la nata y el azúcar hasta que esté cremoso. Si
lo hacemos en Thermomix a velocidad 5. Añadimos la mermelada y mezclamos un
poco.
Una vez congelado el chocolate blanco, echamos en los moldes (a los que le habremos puesto el palo) la mezcla, y congelamos durante una hora más o menos.
Pasada la hora,
derretimos más chocolate blanco y, cuando esté templado, cubrimos los helados y
volvemos a congelar hasta su consumo.
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